maternidad

Faringoamigdalitis + dermatitis de pañal.

Diario de una mamá embarazada.

Capítulo 1

Ayer os pregunté por Instagram sobre los temas que os gustaría encontraros en el blog… vi que la opción “experiencias propias durante el embarazo/crianza” tuvo mucho éxito, y me viene de perlas para desahogar porque estos días tenemos en casa mucho material para contar:

Hace dos días, Joel empezó con fiebre. Con fiebre muy alta (39,5°). Este niño todo lo que hace es a lo grande, ya nos tiene acostumbrados.

Después de tratarle con antitérmicos y de pasar la tarde acurrucada con él, pudimos verle que el origen estaba en la garganta. ¿Cómo llegamos a esta conclusión?:

  1. Zona de la faringe muy roja + algunas placas (centro de salud/urgencias).
  2. El propio niño, si le preguntábamos dónde le dolía, se metía el dedo hasta la campanilla. (Hablar todavía no habla, pero se comunica de maravilla).

Con la receta del antibiótico me fui a la farmacia a comprarlo para empezar cuanto antes. Con la de veces que hemos tenido procesos infecciosos con Joel, mi experiencia es que a las dos dosis mejora muchísimo, y con esas fiebres tan altas no quería retrasar el antibiótico ni un pelo.

La noche la pasamos regulín, lo primero porque, a pesar de ser un niño que siempre había tomado muy bien las medicinas, de repente el otro día decidió que hasta aquí hemos llegado y que ni el Ibuprofeno, ni el Apiretal ni el antibiótico le gustan nada.

Durmió en mi cama y se despertó bastantes veces, pero conseguí que bebiese líquidos (importante en procesos febriles!!) y que “más o menos” tomase las medicinas para no dejar a la fiebre subir demasiado.

Al día siguiente (ayer) se despertó bastante más animado y parecía que veíamos un poco la luz… (obviamente sin guardería). Algún piquito de fiebre hizo pero nada que ver con el día anterior, hasta que por la tarde apareció el protagonista nº2 en estos procesos: la dermatitis de pañal.

Aja! No iba a ser todo tan fácil! Ya sabéis que Joel tiene la piel especialmente sensible y también tenemos mucha experiencia con dermatitis e infecciones en el culo, sobre todo cuando hay antibióticos de por medio… pues esta vez no iba a ser menos.

“Esta noche dejamos el culo al aire»

Pues hemos pasado una noche histórica. Pero histórica de mala.

  1. Imposible ya tomar medicinas desde ayer por la tarde. Forcejeos, diluciones en cosas dulces que no cuelan, y vómitos post-jeringuillazo en boca son la nueva moda en casa.
  2. El pobre ha estado llorando de picor de culo y dolor de garganta casi toda la noche. Creo que sólo hemos dormido de 6-8 am. Cuando conseguía relajarse un poco y cerrar los ojos, a los 5 minutos pataleaba y lloriqueaba de picor o escozor y no paraba de moverse. Fijaos si le molestaría que ni siquiera ha hecho pis en toda la noche…

Vaya, hoy estamos fatal. Fatal de no dormir, de escuchar llorar toda la noche y no saber qué hacer para ayudar y fatal de que estamos solos en casa porque papá y abuelos trabajan.

Yo, embarazada de 32 semanas tengo menos aguante físico y menos paciencia que en una situación “normal”, y sí, la maternidad es maravillosa y el embarazo muy bonito, pero ojo a cómo estoy ahora:

Por fin Joel ha conseguido conciliar un poco el sueño.

Son las 13:30h. Hace un rato, cuando por fin se había conseguido dormir me ha sonado el móvil, era su padre para averiguar si vivíamos o no después de lo de ayer. ¿Qué ha pasado? Que Joel se ha despertado cuando sólo llevaba 20 minutos dormido, y no se podía volver a dormir porque le ha empezado a picar el culo. He perdido los nervios y me he puesto a llorar, mucho. Joel me miraba sin entender nada… ¡pero si es él el que está enfermo!

La culpabilidad en la maternidad nos persigue como un trozo de papel higiénico que pisas por la calle y arrastras al andar, y en ese momento me he vuelto a colgar la medalla de malamadre y malaesposa, porque, obviamente, el padre se ha llevado una llamada con chorreo incluido por despertar al niño.

En fin, que ahora se ha dormido otra vez, por fin.

Se ha dormido sobre mi hombro, después de hacerse pis en la cama. Yo estoy en postura bastante incómoda para una tripa de 32 semanas, con bebé dentro que no para de moverse porque tengo hambre, no tengo hecha la comida ni hay comida en casa porque ayer tocaba hacer la compra… ah, y sobre un charquito de pis en la cama. Pero no me voy a mover, porque activaré el picor de culo y volverán los lloros.

Una amiga me ha dicho que, como él se ha hecho ya pis en la cama, yo también puedo hacerme. Lo valoraré.

Y así me encuentro. Por lo menos he podido escribir esto.

Pd1: Creo que el padre ha tenido que salirse del trabajo porque le he asustado con mi llamada de socorro-agresiva.

Pd2: Después de esa llamada, he hablado con Joel y le he dicho que me tenía que dejar ver el culo si quería alivio. El pobre no podía más y ha accedido: he descubierto unos maravillosos hongos aprovechando que pronto es época. ¡Cómo no! No podían faltar en la fiesta, estos se apuntan a un bombardeo. Otro día os hablo de eso más largo y tendido, que es otro tema.

Pd3: Escribo esto por la tarde, Joel ha mejorado bastante y su culito, bueno, sigue como la selva amazónica pero se ha quejado menos. Gracias por las preocupaciones y ¡que sean estos todos los males!

Deja un comentario